Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales https://bushrarvne953745.blogpayz.com/38775407/así-fue-el-impacto-del-cabezazo-de-zidane-en-el-mundial