Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con deslumbrante maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un lienzo https://gretangpx566418.articlesblogger.com/60920330/así-reaccionó-el-mundo-al-cabezazo-de-zidane