Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con una maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un tapiz https://ellarios036882.pointblog.net/la-historia-completa-del-cabezazo-de-zidane-a-materazzi-86993016